Ir al contenido principal

Paternidad presente, en la sala de partos…También.

 

Desde que el parto existe, la protagonista del mismo ha sido y es la mujer, así debe de ser.

Con la conquista de derechos en torno al parto, se dio pie al acompañamiento de la mujer durante ese proceso. La evidencia científica además, nos dice que las mujeres que paren acompañadas obtienen mejores resultados en cuanto a la vivencia positiva del parto, mejor autocontrol de los sentimientos, reducción de la ansiedad, menor índice de depresión postparto, mejor manejo del dolor y disminución del uso de analgesia epidural.

En nuestro entorno la mujer elige la persona que la acompañará en este proceso, generalmente será su pareja, pero esta elección encuentra variaciones culturales que igualmente deben ser respetadas. En la mayoría de casos será acertado y lógico pensar que es el padre quien acompañará este proceso, pero mirando con perspectiva, el derecho de acompañamiento durante el parto aún tiene poca trayectoria, y muchos hombres pueden sentir la imposición social y moral de ser los elegidos para esto, situándolos en una nueva posición en la que no saben que se espera de ellos, cómo han de actuar y cual es la mejor forma de acompañar a sus parejas, o carecen de información a pesar de que su deseo sea el de estar presentes en el nacimiento de sus criaturas.

Pero lo cierto es que la vivencia y el acompañamiento mutuo de ambos progenitores en el nacimiento del hijo colaboran en la creación del vínculo con los hijos, se estrechan lazos familiares y facilitan el nuevo equilibrio familiar.

Para ello hoy os traigo un texto colaborativo escrito por Israel López Marín, @IsraelLpezMarn1.

Espero que lo disfrutéis.

Feliz día del padre, PRESENTE e Igualitario.

*Imagen de @dontforgetdads

Los tiempos están cambiando, las paternidades, también.

Los “tiempos están cambiando”, afirma esa vieja canción de Bob Dylan, los tiempos nos empujan a vivir y a sentir las cosas de otro modo, a otro ritmo. También para los padres, los tiempos están cambiando, o nos están empujando a cambiar, y en algunos casos, para bien. Atrás queda esas salas de espera repletos de hombres enjutos fumando un cigarro tras otro, mientas a escasos metros de ellos, ellas daban a luz al heredero de tan tosca tradición. El espacio dividido, los mundos separados y los roles bien diferenciados, no vaya a haber confusión, no vaya a haber emoción, no vaya a haber responsabilidad.

Los tiempos están cambiando, también para los padres, también para los partos. Y es que el momento nos empujan a evolucionar, a asumir nuestra responsabilidad ante el nacimiento de nuestros hijos e hijas, a asumir nuestra responsabilidad con nuestras compañeras, los tiempos nos empujan a poner los cuidados en el centro de nuestra vida, y los cuidados no se negocia. Presenciar el nacimiento de nuestros hijas e hijos, involucrándonos en el proceso, participando y apoyando es el rol que los padres comprometidos con la igualdad debemos asumir. Es más, los padres, no lo somos desde el momento del parto. Ser padre no es un título nobiliario, ni una nomenclatura de carácter abstracto. Ser padre es acompañar, establecer un vínculo afectivo y emocional desde el momento en que sabes que una vida se está gestando. Informarse, las clases de preparación al parto, ese también es nuestro lugar, nuestro terreno, dejemos de sentirnos extraños en el lugar que nos corresponde.

Los padres, en el momento del parto debemos ser ese apoyo necesario para nuestras compañeras, aliviando los dolores, compartiendo la carga de la responsabilidad en un momento, en un proceso que es compartido. Cuestiones logísticas, planificar el traslado,… ese también es nuestro lugar. Hablar de manera anticipada con nuestra compañera, sobre que como prefiere vivir el momento del parto también nos corresponde como hombres igualitarios. El nacimiento es un momento cargado de emotividad y afecto, es un momento cálido que los hombres debemos sentir como nuestro también. Entendiendo el lugar que ocupamos para con nuestras compañeras, nuestra responsabilidad debe llevarnos a una participación activa, comprometida, aportando cariño y seguridad. Aportando el cuidado que nuestras compañeras y nuestros hijos e hijas necesitan. Los tiempos están cambiando, y nos empujan a dejar de ver el parto de nuestros hijos e hijas como meros espectadores, para empezar a sentirlos con la responsabilidad que nos corresponde.

Durante las primeras horas de vida, el binomio madre-bebé nos necesita, apoyo, comprensión medidas de confort a la madre, tomar en brazos, hablar e incluso  practicar el contacto piel con piel con nuestros hijos e hijas, si ellas no pueden hacerlo en ese momento…y por supuesto, saber acompañar a nuestras compañeras, respetando su descanso, manteniendo el contacto directo con el niño mientras lo acoge en su pecho desnudo para trasmitirle calor, protección y afecto. A partir de aquí, los padres iremos conociendo a nuestras hijas e hijos, y ellos y ellas a nosotros. Poco a poco, nuestras caricias, nuestros brazos y nuestras palabras irán una relación basada en un vínculo cercano, presente y responsable. La paternidad no es un galón, o un título nobiliario, es una relación que se construye día a día.

Los “tiempos están cambiando”, afirma esa vieja canción de Bob Dylan, los tiempos nos empujan a entender la paternidad como una relación presente, responsable y comprometida. Los padres no somos espectadores del nacimiento o crianza de nuestras hijas e hijos. Ser padre conlleva cuidar, acompañar, respetar y dialogar. Los tiempos nos están empujando a seguir construyendo una relación igualitaria, los tiempos nos están empujando a ocupar el lugar que nos corresponde. Sigamos construyendo una paternidad consciente, presente e igualitaria.

Israel López Marín.

Pedagogo Social

Comentarios

Entradas populares de este blog

Presentación

  Bienvenida al espacio Arte Comadre. Mi nombre es Ana Belén Alcaraz y soy matrona de vocación.  Avanzar en mi carrera profesional supone a día de hoy plantearme nuevos horizontes profesionales.  Acompañar durante años a mujeres y parejas en momentos tan trascendentales como lo son un embarazo y parto, ha hecho que mi profesión me parezca hoy un Arte, el arte de saber acompañar. Las experiencias vividas en el ejercicio de la partería, mi reciente maternidad y la visión del mundo a través de las gafas moradas que el feminismo nos regala, han hecho que sienta la necesidad de realizar pequeñas acciones para el empoderamiento de las mujeres en torno a sus procesos reproductivos, procesos que incluyen no sólo el embarazo y parto, sino que abarcan todos los procesos en los que como MUJERES , nosotras y nuestros cuerpos son el centro de atención: embarazo, parto, puerperio, lactancia, control de la fertilidad, menopausia, climaterio, abortos, sexualidad...y un largo etcétera.  Así mismo prete

VIOLENCIA OBSTETRICA EN EL DEBATE PUBLICO

  Es raro no haberse hecho eco del programa televisivo de estos días, donde FOCUS , muy valientemente por su parte, ha vuelto a poner el foco en el temazo candente: la violencia obstétrica.   Mientras que doctorcillos con pensamiento de Atapuerca y de muy poco nivel, se empeñan en seguir negando el término de violencia obstétrica que está acuñado, aprobado, y para el cual ya tenemos definiciones varias y leyes que lo regulan (no españolas of course), así como sanciones internacionales contra España en dicha materia, el programa de la otra noche, llega como aire fresco en medio de una lucha de las mujeres desde hace décadas en España. Mi sensación fue que otros colectivos van, como desde hace años, pasos agigantados por delante de una medicina hegemónica, donde en materia de bioética, derechos humanos y perspectiva de género aún deja mucho que desear. Una vez más hemos visto como: mujeres, matronas, psicólogas, antropólogas, artistas, fotógrafas, influencers y un largo etc., saben M